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¿Crear una sociedad o ser autónomo? Todas las claves

Decidir la forma jurídica es una decisión importante para todos los nuevos emprendedores. ¿Autónomo o sociedad, qué es mejor? A continuación se repasan todos los aspectos relevantes a tener en cuenta de ambas formas jurídicas. Aunque, se debe matizar que la forma jurídica no es la cuestión principal a la hora de poner en marcha un negocio. Lo más destacado es el planteamiento del mismo, qué tipo de modelo de negocio se va a emprender. 

Un autónomo es una persona física que realiza de forma continuada, personal y directa por cuenta propia una actividad económica o profesional con título lucrativo. Por su parte, la sociedad de responsabilidad limitada es un tipo de sociedad de carácter mercantil con una responsabilidad limitada sobre el capital aportado. 

Factores a tener en cuenta

Para decidir cuál es la mejor fórmula, primero hay que conocer todos los puntos claves de ambas.  

Constitución de la empresa

Cuando un autónomo inicia su camino profesional, no existe ningún requisito legal que obligue a aportar una cantidad inicial de capital. Por tanto, un autónomo comienza a ejercer como tal de manera gratuita. 

Sin embargo, la sociedad tiene una serie de gastos asociados al momento de la constitución, y no solamente el capital aportado. Cuando se ejecuta una empresa de sociedad limitada, la regulación exige que se aporte 3.000 € como capital social. Este capital puede ser utilizado para las actividades cotidianas de la empresa.  

Constituir una sociedad requiere de unos trámites adicionales complejos: los integrantes deben redactar los estatutos, registrar la sociedad en el Registro Mercantil, firmar ante notario, etc. Por el contrario, los inicios de un autónomo son más sencillos, solo se debe registrar como autónomo ante la Seguridad Social y en Hacienda (modelo 037, que se puede pedir telemáticamente). 

Beneficios en la seguridad social

La sociedad y el autónomo deben pagar ante la seguridad social una cantidad mensual. Por su parte, el autónomo pagará menos, si se acoge a las bonificaciones disponibles, con las que puede llegar a costear una tarifa mensual de 50 € mensuales los primeros 6 meses de actividad. Los 6 meses posteriores, puede disfrutar de una reducción de la tarifa del 50%, y los siguientes 6 de una disminución del 30%. Por otro lado, la sociedad debe hacer un esfuerzo mayor, alrededor de 280€ al mes durante el primer año. 

Responsabilidad empresarial

El patrimonio y la responsabilidad son la clave para optar por una u otra forma jurídica. El riesgo es un factor fundamental en cualquier negocio, y se debe conocer antes de emprender cualquier forma jurídica. El autónomo responde con su patrimonio personal, presente y futuro, ante posibles pérdidas y deudas derivadas de su actividad. En este caso, el patrimonio empresarial y personal se convierten en semejantes. Si una persona física no está dispuesta a arriesgar sus propiedades en caso de poseer un negocio, deberá formar una sociedad. 

Fiscalidad e impuestos

¿Cuántos impuestos va a pagar una sociedad y cuántos pagará un autónomo? Por parte del autónomo, deberá hacer frente a las consideraciones de una persona física. 4 son los principales impuestos que debe cuantificar un autónomo

  • IRPF. Impuesto progresivo sobre la renta o beneficios obtenidos. A medida que el autónomo gana más, mayor será el IRPF a pagar. 
  • Impuestos sobre el patrimonio. Es un impuesto aplicado una vez al año sobre el patrimonio que dispone el autónomo. Por ejemplo, ordenadores, dispositivos móviles, oficina, etc. 
  • Impuesto de sucesiones y donaciones. Impuesto aplicado a las transmisiones patrimoniales que se producen a causa de herencia o donación. 
  • IVA. Impuestos sobre el Valor Añadido, tanto el empresario individual como la sociedad lo deben amortizar. 

En el caso de la sociedad, se considera persona jurídica bajo régimen fiscal, por esta razón, los impuestos son diferentes a los de un autónomo. Impuestos de una sociedad: 

  • Impuesto de Sociedades. Impuesto fijo del 25% sobre los beneficios de la empresa. 
  • ITP. Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales aplicado sobre las diferentes operaciones de carácter societario que se dan durante la vida de la empresa, ampliación de capital, liquidaciones, fusiones, etc.
Autónomos y sociedades

Contabilidad

Otro factor importante es la inversión y la contabilidad empresarial. El autónomo es una fórmula sencilla y sin excesivas complicaciones de contabilidad. Los autónomos únicamente deben registrar las facturas emitidas y recibidas, atendiendo a las exigencias de una contabilidad básica. Por otro lado, la sociedad es una fórmula contable más compleja. La contabilidad de las sociedades requiere de dedicación y, en ocasiones, la ayuda de un profesional cualificado. 

En Hidalgo contamos con un equipo capaz de llevar la contabilidad de una empresa. Nosotros ofrecemos servicios de contabilidad mensual tanto para autónomos como para sociedades. 

Financiación

Acceder a los recursos bancarios y financieros no es igual de fácil para autónomos o sociedades. Una sociedad limitada tiene acceso a capital externo de una forma más simple. Esta forma jurídica es más estable a nivel legal, por esta razón, muestra una situación patrimonial y contable clara. 

Sin embargo, si un banco concede un préstamo a una sociedad, pedirá un aval. El aval en las sociedades es el propio patrimonio personal. De este modo, se puede dictaminar que la financiación y la responsabilidad anteriormente definida, están estrechamente ligadas.

Crecimiento a largo plazo

Cuando se quiere expandir el negocio, la sociedad sale mayormente favorecida. La sociedad está compuesta por varios participantes, por tanto, la gestión de los socios y las ampliaciones de capital es una actividad más sencilla. El autónomo, por su parte, debe enfrentarse solo a este esfuerzo monetario. 

Ventajas de ser autónomo

Sin duda, la forma física de autónomo es una fórmula empresarial perfecta para empresas de reducido tamaño. Además, no necesita gestiones previas para ejecutar los trámites y sus inicios son económicos. No obstante, el titular se debe enfrentar a los conflictos ocasionados con los gatos en solitario.

Ventajas de constituir una sociedad

Cuando se constituye una sociedad, la responsabilidad de los implicados es limitada, no se responde con los bienes privados ante problemas de deudas. Del mismo modo, sus beneficios tributarán ante Hacienda bajo el Impuesto de Sociedades, un impuesto menor con respecto al autónomo. Sin embargo, esta fórmula contiene complejidades, mayor gasto de gestión y aportaciones obligatorias al inicio. 

Si, todavía no tienes claro que formula elegir autónomo o SL, contacta con nosotros, sin compromiso. En Asesoría Hidalgo podemos ayudarte. 

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